Hola Julián,
haciendo un símil automovilístico, la planificación, el control, y el seguimiento de los proyectos es algo que debe estar incorporado de serie en cada uno de los proyectos.
Por ejemplo: proyecto de implantación del X en la empresa Y
Desde el momento en el que se está haciendo una oferta al cliente, se está comenzando a planificar el proyecto, y se está empezando a diseñar una solución para el cliente. Los resultados de esta planificación y de este prediseño tendrán el alcance suficiente para determinar los compromisos que se están asumiendo con el cliente a nivel de precio, plazo, y funcionalidad del producto. También se inician entonces las actividades de seguimiento y control, registrando la oferta y todos los datos que permitan conocer en qué estado está dicho proyecto.
Si el cliente no aprueba la oferta, el proyecto queda cancelado, y se cierra debidamente según el protocolo de la empresa. Por ejemplo, pueden realizarse actividades de recopilación de datos para ser analizados con posterioridad.
Si el proyecto continúa, se procede a introducir el trabajo en la cola y se empieza a planificar la asignación de recursos para ejecutarlo. También es probable que se deban realizar ajustes del software antes de su instalación en el sistema del cliente, comprar hardware, etc.
El proceso de planificación, control y seguimiento de este proyecto de implantación se efectúa a lo largo del proyecto, y está compuesto de múltiples actividades coherentes e imbricadas con el resto de actividades.
Esquemáticamente, se podría representar como un proceso que interactúa con todos los procesos ejecutivos que componen el proyecto de implantación: configuración del software, instalación, parametrización, formación al cliente, etc.
No veo problema en crear un concepto de proceso llamado gestión de proyectos, pero debe tenerse en cuenta que en él se desarrollan múltiples actividades. Coincido con Angelita que sería de tipo misional, u operativo.